Diego Román

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El Camino Errante

El Camino Errante
El Camino Errante

ÁNALISIS TARDÍO

Sé bien, sé bien que estoy en el fondo de la fosa; que todo aquello que toco ya lo he tocado; que soy prisionero de un interés indecente; que cada convalecencia es una recaída; que las aguas están estancadas y todo tiene sabor a viejo; que también el humorismo forma parte del bloque inamovible; que no hago otra cosa que reducir lo nuevo a lo antiguo; que no intento todavía reconocer quién soy; que he perdido hasta la antigua paciencia de orfebre; que la vejez hace resaltar por impaciencia sólo las miserias; que no saldré nunca de aquí por más que sonría; que doy vueltas de un lado a otro por la tierra como una bestia enjaulada; que de tantas cuerdas que tengo he terminado por tirar de una sola; que me gusta embarrarme porque el barro es materia pobre y por lo tanto pura; que adoro la luz sólo si no ofrece esperanza. Pier Paolo Pasolini.

El Burdel de la santidad

El Burdel de la santidad

PERDÍ MI JUVENTUD EN LOS BURDELES

Perdí mi juventud en los burdeles, pero no te he perdido ni un instante, mi bestia, máquina del placer, mi pobre novia reventada en el baile. Me acostaba contigo, mordía tus pezones furibundo, me ahogaba en tu perfume cada noche, y al alba te miraba dormida en la marea de la alcoba, dura como una roca en la tormenta. Pasábamos por ti como las olas todos los que te amábamos. Dormíamos con tu cuerpo sagrado. Salíamos de ti paridos nuevamente por el placer, al mundo. Perdí mi juventud en los burdeles, pero daría mi alma por besarte a la luz de los espejos de aquel salón, sepulcro de la carne, el cigarro y el vino. Allí, bella entre todas, reinabas para mí sobre las nubes de la miseria. A torrentes tus ojos despedían rayos verdes y azules. A torrentes tu corazón salía hasta tus labios, latía largamente por tu cuerpo, por tus piernas hermosas y goteaba en el pozo de tu boca profunda. Después de la taberna, a tientas por la escala, maldiciendo la luz del nuevo día, demonio a los veinte años, entré al salón esa mañana negra. Y se me heló la sangre al verte muda, rodeada por las otras, mudos los instrumentos y las sillas, y la alfombra de felpa, y los espejos copiaban en vano tu hermosura. Un coro de rameras te velabade rodillas, oh hermosa llama de mi placer, y hasta diez velas honraban con su llanto el sacrificio, y allí donde bailaste desnuda para mí, todo era olor a muerte. No he podido saciarme nunca en nadie, porque yo iba subiendo, devorado por el deseo oscuro de tu cuerpo cuando te hallé acostada boca arriba, y me dejaste frío en lo caliente, y te perdí, y no pude nacer de ti otra vez, y ya no pude sino bajar terriblemente soloa buscar mi cabeza por el mundo. Gonzalo Rojas.

Séptimo Sello

Séptimo Sello

Y LA MUERTE PERDERÁ SU DOMINIO...

Y la muerte perderá su dominio. Los muertos desnudos serán un solo muerto. Con el hombre en el viento y la Luna de occidente; cuando se descarnen los huesos y desaparezcan los huesos. Donde hubo codos y pies aparecerán estrellas. Y aunque se sumerjan en profundas aguas tendrán que resurgir. Y aunque los amantes se extravíen perdurará el amor. Y la muerte perderá su dominio. Y la muerte perderá su dominio. Bajo los remolinos del mar aquellos que yazgan largamente no morirán en la tempestad retorciéndose en el tormento, cuando cedan los tendones atados a una rueda no podrán destrozarse; entre sus manos la fe se romperá en dos y el Unicornio del mal los atravesará. Y hendidos por todas partes no se desmembrarán. Y la muerte perderá su dominio. Y la muerte perderá su dominio. Nunca más las gaviotas gritarán en sus oídos o se romperán las olas tumultuosamente en la ribera; allí donde se abrió una flor nunca más otra flor ofrecerá su cabeza a los golpes de la lluvia. Y aún locas o muertas como clavos atravesarán la margaritas con sus cabezas de señoras; irrumpiendo sobre el Sol hasta que el Sol se desprenda. Y la muerte perderá su dominio. Dylan Thomas.

Nostalgia

Nostalgia

Carta del Suicida

Juro que esta mujer me ha partido los sesos, por que ella sale y entra como una bala loca, y abre mis parietales y nunca cicatriza, así sople el verano o el invierno, así viva feliz sentado sobre el triunfo y el estomago lleno, como un cóndor saciado, Así padezca el látigo del hambre, así me acueste o me levante, y me hunda de cabeza en el día como una piedra bajo la corriente cambiante. Así toque mi cítara para engañarme, así Se habrá una puerta y entren diez mujeres desnudas, marcadas sus espaldas con mi letra, y se arrojen unas sobre otras hasta consumirse. Juro que ella perdura porque ella sale y entra como una bala loca, me sigue a donde voy y me sirve de hada. Gonzalo Rojas.

Goya

Goya

MELANCOLÍA

Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía. Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas. Voy bajo tempestades y tormentas ciego de sueño y loco de armonía. Ése es mi mal. Soñar. La poesía es la camisa férrea de mil puntas cruentas que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas dejan caer las gotas de mi melancolía. Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo; a veces me parece que el camino es muy largo, y a veces que es muy corto... Y en este titubeo de aliento y agonía, cargo lleno de penas lo que apenas soporto. ¿No oyes caer las gotas de mi melancolía? Ruben Darío.

Dalí pintando a Gala por detrás

Dalí pintando a Gala por detrás

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos - esta muerte que nos acompaña de la mañana a la noche, insomne, sorda, como un viejo remordimiento o un vicio absurdo - . Tus ojos serán una vana palabra, un grito acallado, un silencio. Así los ves cada mañana cuando sola sobre ti misma te inclinas en el espejo. Oh querida esperanza, también ese día sabremos nosotros que eres la vida y eres la nada. Para todos tiene la muerte una mirada. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Será como abandonar un vicio, como contemplar en el espejo el resurgir de un rostro muerto, como escuchar unos labios cerrados. Mudos, descenderemos en el remolino. Cesar Pavese.

Te Tra Gram Ma Ton

Te Tra Gram Ma Ton

LA ESTRELLA DE LA TARDE

Un monte azul, un pájaro viajero, un roble, una llanura, un niño, una canción... Y, sin embargo, nada sabemos hoy, hermano mío. Bórranse los senderos en la sombra; el corazón del monte está cerrado; el perro del pastor trágicamente aúlla entre las hierbas del vallado. Apoya tu fatiga en mi fatiga, que yo mi pena apoyaré en tu pena, y llora, como yo, por el influjo de la tarde traslúcida y serena. Nunca sabremos nada... ¿Quién puso en nuestro espíritu anhelante, vago rumor de mares en zozobra, emoción desatada, quimeras vanas, ilusión sin obra? Hermano mío, en la inquietud constante, nunca sabremos nada... ¿En qué grutas de islas misteriosas arrullaron los Númenes tu sueño? ¿Quién me da los carbones irreales de mi ardiente pasión, y la resina que efunde en mis poemas su fragancia? ¿Qué voz suave, que ansiedad divina tiene en nuestra ansiedad su resonancia? Todo inquirir fracasa en el vacío, cual fracasan los bólidos nocturnos en el fondo del mar; toda pregunta vuelve a nosotros trémula y fallida, como del choque en el cantil fragoso la flecha por el arco despedida. Hermano mío, en el impulso errante, nunca sabremos nada... Y sin embargo... ¿Qué mística influencia vierte en nuestros dolores un bálsamo radiante? ¿Quién prende a nuestros hombros manto real de púrpuras gloriosas, ¿y quién a nuestras llagas viene y las unge y las convierte en rosas? Tú, que sobre las hierbas reposabas de cara al cielo, dices de repente: -"La estrella de la tarde está encendida". Ávidos buscan su fulgor mis ojos a través de la bruma, y ascendemos por el hilo de luz... Un grillo canta en los repuestos musgos del cercado, y un incendio de estrellas se levanta, en tu pecho, tranquilo ante la tarde, y en mi pecho en la tarde sosegado... Porfirio Barba Jacob.

Baudelaire

Baudelaire

EL ENEMIGO

Mi juventud no fue sino un gran temporal Atravesado, a rachas, por soles cegadores; Hicieron tal destrozo los vientos y aguaceros Que apenas, en mi huerto, queda un fruto en sazón. He alcanzado el otoño total del pensamiento, y es necesario ahora usar pala y rastrillo Para poner a flote las anegadas tierras Donde se abrieron huecos, inmensos como tumbas. ¿Quién sabe si los nuevos brotes en los que sueño, Hallarán en mi suelo, yermo como una playa, El místico alimento que les daría vigor? -¡Oh dolor! ¡Oh dolor! Devora vida el Tiempo, Y el oscuro enemigo que nos roe el corazón, Crece y se fortifica con nuestra propia sangre. Charles P. Baudelaire.

Teatro Guilermo Valencia

Teatro Guilermo Valencia

QUE TE AMÉ SIN RIVAL, TÚ LO SUPISTE...

Que te amé, sin rival, tú lo supiste y lo sabe el Señor; nunca se liga la errátil hiedra a la floresta amiga como se unió tu ser a mi alma triste. En mi memoria tu vivir persiste con el dulce rumor de una cantiga, y la nostalgia de tu amor mitiga mi duelo, que al olvido se resiste. Diáfano manantial que no se agota, vives en mí, y a mi aridez austera tu frescura se mezcla, gota a gota. Tú fuiste a mi desierto la palmera, a mi piélago amargo, la gaviota, ¡y sólo morirás cuando yo muera! Guillermo Valencia.

jueves, 21 de octubre de 2010

Poema de Rainer Maria Rilke


Todos cuantos te buscan te tientan...

Todos cuantos te buscan te tientan.
Y quienes te encuentran te atan
al gesto ya la imagen.

Yo en cambio quiero comprenderte
como te comprende la tierra;
con mi madurar
madura tu reino.

No quiero de ti vanidad alguna
que te demuestre.

Sé que el tiempo
no se llama como tú.

No hagas por mí milagros.
Da la razón a tus leyes
que de generación en generación
se tornan más visibles.

Versión de Adrian Kovacsics

sábado, 12 de mayo de 2007

SI TAN SÓLO YACIERAS MUERTA Y FRÍA...

Si tan sólo yacieras muerta y fría y las luces del oeste se apagaran, vendrías aquí e inclinarías tu cabeza, y yo reposaría la frente sobre tu pecho y tú susurrarías palabras de ternura Perdonándome, pues ya estás muerta: No te alzarías ni partirías presurosa, Aunque tengas voluntad de pájaro errante, mas tú sabes que tu pelo está prisionero en torno al sol, la luna y las estrellas; Quisiera, amada, que yacieras en la tierra, bajo hojas de bardana, Mientras las estrellas, una a una, se apagan.
William Butler Yeats.

¿QUIÉN SOÑÓ QUE LA BELLEZA PASA COMO UN SUEÑO?

¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño? Por estos labios rojos, con todo su triste orgullo, tan tristes ya, que ninguna maravilla pueden presagiar, Troya se nos fue con destello fúnebre y violentoy murieron los hijos de Usna.
Desfilamos, y desfila con nosotros el mundo atareado entre las almas de los hombres, que se despiden y ceden su puesto como las pálidas aguas en su glacial carrera; bajo estrellas que pasan, espuma de los cielos, sigue viviendo este rostro solitario.
Inclinaos, arcángeles, en vuestra sombría morada: Antes de que existierais y antes de que ningún corazón latiera, rendida y amable permanecía junto a su trono; la belleza hizo que el mundo fuera una senda de hierba para que Ella posara sus pies errantes.
William Btler Yeats.

jueves, 22 de marzo de 2007

LA CENA MISERABLE

Hasta cuándo estaremos esperando lo queno se nos debe... Y en qué recodo estiraremosnuestra pobre rodilla para siempre! Hasta cuándola cruz que nos alienta no detendrá sus remos.Hasta cuándo la Duda nos brindará blasonespor haber padecido!...Ya nos hemos sentadomucho a la mesa, con la amargura de un niñoque a media noche, llora de hambre, desvelado...Y cuándo nos veremos con los demás, al bordede una mañana eterna, desayunados todos!Hasta cuándo este valle de lágrimas, a dondeyo nunca dije que me trajeran.De codostodo bañado en llanto, repito cabizbajoy vencido: hasta cuándo la cena durará.Hay alguien que ha bebido mucho, y se burla,y acerca y aleja de nosotros, como negra cucharade amarga esencia humana, la tumba...Y menos sabeese oscuro hasta cuándo la cena durará!
César Vallejo.